La información proporcionada por el equipo cuatro va
encaminada a la entrevista clínica que se realiza con niños y adolescentes.
Primero se enfatiza la importancia del Rapport en el
desarrollo de la entrevista e inclusive en el propio cambio terapéutico del
niño. No obstante el autor remarca pertinentemente que el Rapport no debe
llegar a entenderse como complacencia hacia el menor, ya que eso dificultaría
el proceso, sino más bien como una condición para crear confianza en el
entrevistado. Otros aspectos importantes que el entrevistador debe tener en
cuenta en el trabajo con niños es la flexibilidad, ya que los menores responden
de maneras muy diversas a distintos estímulos, el respeto y la empatía. Esta
última tiene que conjugarse muy bien con la proxemia, ya que el menor puede
sentirse incomodo en situaciones donde se invada su espacio personal. La
contratransferencia es un aspecto que puede suceder en una entrevista, la labor
del psicólogo será detectarlo y trabajar sobre el en su propio proceso a fin de
evitar perjudicar la sesión con el menor. El autor también menciona que es
importante realizar un encuadre adecuado con los niños. Este será distinto al
realizado con un adulto ya que los niños no tienen la capacidad de conocer que
es un psicólogo o a que se dedica, por eso mismo es necesario “dejar en claro
las reglas”. En caso de niños reacios a cooperar es muy importante adaptarse a
su actitud, esto no significa suplicarle sino más bien buscar estrategias para
su cooperación, como el juego o abordar de manera indirecta el tema a hablar.
Pasando al tema de la entrevista como proceso, el autor
distingue tres fases principales. La fase inicial se procura la presentación del
profesional y los objetivos, aclaración del marco de la entrevista, manejo de
expectativos, el esclarecimiento de la confidencialidad y el rapport “para
romper el hielo”. En la fase intermedia se trabaja sobre los objetivos y el
contenido, por lo cual, se exploran áreas como estado de ánimo, miedos y
preocupaciones, auto-concepto, quejas somáticas, obsesiones y compulsiones y
trastornos del pensamiento, también se explora la relación del individuo con su
ambiente; interacciones y contextos sociales e intereses. Por último, la fase
de conclusión es el momento donde el entrevistado puede aclarar dudas al
respecto del proceso a seguir. En el caso de seguir un proceso terapéutico con
un menor se puede y en ocasiones es necesario hacer entrevista con otros informantes,
como los padres. En la entrevista con los padres se suele indagar sobre las
preocupaciones y expectativas, problemas conductuales, historia familiar,
fortalezas y debilidades del niño. También se puede recurrir a profesores para
indagar sobre situaciones ocurridas en el ambiente escolar. Para finalizar siempre
es importante crear un clima de colaboración con los informantes, esto se
logrará mostrando respeto hacia ellos y hacia el niño, subrayando que ellos
mismos son expertos en el niño, escuchando opiniones, recibiendo de manera
empática las emociones experimentadas por ellos y no ignorando las necesidades
experimentadas por ellos, aunque el foco de atención sea el menor.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario